ARTE FINAL
Qué es y cómo preparar nuestro diseño para imprenta
Antes de enviar cualquier pieza para imprimir a nuestra imprenta, es importante que se comprueben una serie de características en el fichero a enviar. En la jerga del diseñador gráfico a este fichero se le conoce como «arte final» y al proceso de preparar nuestro proyecto creativo para imprimir se le denomina «artefinalizar».
Existen muchos factores a tener en cuenta, ya que pueden salir mal muchas cosas y es conveniente repasar todo bien antes de percatarnos (probablemente tarde) que teníamos un error en el arte final, condicionando un resultado no deseado en la impresión de nuestro proyecto.
Sabemos que realizar el arte final de un trabajo gráfico puede llegar a ser un pequeño quebradero de cabeza para los menos expertos en el campo del diseño. Por eso os dejamos aquí una serie de pasos que si seguís con atención os evitarán posibles problemas, retrasos o sobrecostes.
¿Qué debemos revisar en nuestro diseño para preparar un arte final?
1. Las dimensiones
Es importante revisar correctamente las medidas definitivas del documento. Consulta siempre con la imprenta el tamaño pactado o estándar en el que se enmarcará tu proyecto. Si estás desarrollando un folleto o catálogo, debes de ajustar siempre el número de páginas de la pieza al número final de pliegos que vayamos a producir.
Si vas a imprimir un producto con encuadernación no te olvides del lomo. Consulta con la imprenta el espacio reservado para el lomo, que será resultante del número final de pliegos que vayamos a encuadernar.
2. El Sangrado
No olvides incluir siempre un espacio de 3-5 mm de sangre en todas tus páginas. Esto nos evitará imprevistos y espacios en blanco no deseados en los objetos que se impriman cerca de los límites de tu pieza.
3. Los Colores
Revisa correctamente todos los valores cromáticos de tu pieza y conviértelos al modo de impresión que necesites (tintas directas/planas o CMYK). El modo de color que debe de contener el fichero del proyecto será siempre CMYK por defecto, nunca RGB. RGB es el modo de color destinado a los colores primarios de la luz (Rojo, Verde y Azul) para representar los colores que se mostrarán en pantallas y monitores.
4. Las imágenes
Todas las imágenes utilizadas en nuestro proyecto deben tener un mínimo de 300 – 400 ppp (puntos por pulgada) para garantizar una impresión óptima. En ningún caso es recomendable forzar de menos a más esta resolución. Tras garantizar que todas las imágenes poseen la resolución indicada, debemos adaptar su modo de color a CMYK. Os recomiendo guardar las imágenes siempre en un formato compatible con la imprenta como JPEG/TIFF a máxima calidad (sin compresión).
5. Los Troqueles
Las líneas de troquel desarrolladas en el interior del arte final, destinadas a marcar los límites e informar de los espacios a la imprenta, pero que no queréis que aparezcan impresas en el resultado final, deben llevar activo siempre el atributo «Sobreimprimir trazo». Es recomendable también que estas estructuras se elaboren siempre bajo una tinta plana única, de esta forma facilitaremos a la imprenta su eliminación de la impresión.
6. Las Tipografías
Revisa bien todo el texto de tu pieza, y si estás satisfecho con tu trabajo, no olvides trazar todas las tipografías antes de enviarlo a la imprenta. Mantén siempre el archivo original para evitar perder esta información, y guarda tu creatividad trazada en un nuevo fichero. Es importante cumplir este paso, ya que si la imprenta no contiene las fuentes utilizadas en tu creatividad, y no tienes oportunidad de consultar un prototipo primero, podrías llevarte un disgusto.
7. La Exportación
Una vez revisados todos los puntos anteriores, guarda y exporta tu proyecto con marcas de corte para indicar a la imprenta donde empieza y termina el área de impresión. Utiliza la extensión .PDF para guardar el documento.
Seguid todos los pasos anteriores correctamente y tendréis vuestro arte final listo para enviar a la imprenta.
Herramientas básicas para ayudarte la elaboración de un arte final
Existen dos herramientas básicas con las que cualquier diseñador acostumbrado a trabajar con imprentas debería contar en su espacio de trabajo. Hablamos del cuentahilos y de la guía de color Pantone. Ambas herramientas nos ayudan a mantener la calidad de nuestro trabajo una vez impreso.
El cuentahilos es una lupa o lente de aumento que nos permitirá valorar de cerca la prueba de color de nuestro arte final. Podremos estudiar si los colores y las tintas se están imprimiendo como buscábamos en un principio sobre nuestras formas, tipografías o ilustraciones.
La Pantonera o guía de color Pantone nos permite contrastar directamente si el tono e intensidad de los colores en la impresión de nuestro arte final son correctos. No olvides valorar siempre ambas muestras con luz natural. Las luces de interior suelen ser más cálidas y pueden alterar tu percepción del color impreso.
Lo más recomendable es contar por lo menos con estas dos guías Pantone: la Guía Pantone Coated, para materiales y papeles más satinados; y la Guía Pantone Uncoated, para papeles más porosos y absorbentes con menor satinado.
Los «Artefinalistas»
Debemos tener en cuenta que existen puestos de trabajo dedicados exclusivamente a crear o supervisar los artes finales. A estos profesionales se les denomina «artefinalistas». La creatividad, el diseño gráfico o la publicidad son el pilar de cualquier pieza gráfica, pero el arte final es lo que asegura que esas ideas tomen la forma correcta cuando pasen por el proceso de impresión.
El trabajo de los arte finalistas consiste en ayudar a ilustradores, diseñadores y empresas a que su creatividad y proyectos ganen aún más valor con la impresión.
Esto se puede lograr gracias a la correcta elaboración de un arte final.
Este articulo ha sido obtenido del blog IMBORRABLE